Dar con el equilibrio y armonizar tu día a día no es complicado. Puedes conseguirlo siguiendo las recomendaciones que propone el Feng Shui, un arte milenario que nos llega desde la Antigua China. La filosofía Feng Shui estudia, entre muchas otras cosas, cómo nos relacionamos con el espacio que ocupamos y cuales son las relaciones energéticas que se establecen entre nuestro bienestar físico y nuestra parte emocional.
Para la cultura china todo lo que forma parte del Universo está dotado de una energía llamada “chi”. Su flujo se modifica según la disposición del espacio y de la orientación de los objetos que lo habitan. A lo largo de este artículo hablaremos más allá del diseño de interiores, nos centraremos en el dormitorio y en especial en el papel que juega el cabecero de nuestra cama.
El dormitorio es el lugar en el que pasamos más tiempo. Este espacio es donde nos regeneramos energéticamente. Para el Feng Shui la orientación de la habitación, las formas de los muebles y cómo los distribuimos es fundamental.
El mobiliario de nuestro dormitorio debe ser sobrio con lo cual nos aseguraremos una atmósfera relajante y confortable. Los armarios, las cómodas o las mesitas de noche deben adecuarse al espacio al que están destinadas, así conseguiremos un óptimo equilibrio visual. Tampoco se recomienda abarrotar la habitación de muebles, así la energía fluirá con facilidad. Como siempre, menos es más.
En cuanto al material del mobiliario, el Feng Shui recomienda que se use la madera ya que ésta transmite solidez y estabilidad. Para las ropas con las que vestimos nuestra habitación sugiere el lino o el algodón, materiales que aumentan sensación de calidez.
Para el Feng Shui el color de las paredes es igualmente importante, en el caso concreto de un dormitorio apuesta por los tonos pastel como el rosa o el lila.
Este arte oriental pone especialmente énfasis en la importancia del cabecero de una cama, para el Feng Shui dicha pieza nos aporta solidez, seguridad y estabilidad frente a la vida. También proporciona protección y descanso en el ámbito individual como en el que atañe a la intimidad de la pareja. Los cabeceros deben apoyarse en una pared en la que no haya ni ventanas ni espejos, ya que en caso contrario, se pierden las energías durante el sueño.
TIPOS DE CABECEROS RECOMENDADOS POR EL FENG SHUI
Actualmente los cabeceros suelen ser de una sola pieza, el Feng Shui recomienda que abarquen que como mínimo el ancho total de la cama.
Los cabeceros tapizados ofrecen comodidad y sensación de confort. Los más sólidos y cálidos son los de madera, este material aporta estabilidad y seguridad.
LOS CINCO ELEMENTOS DEL FENG SHUI Y SU CORRESPONDENCIA CON LA FORMA DE LOS CABECEROS
Tierra, agua, fuego, metal y madera son los cinco elementos a través de los cuales se manifiesta la energía. Cada elemento se corresponde con una forma geométrica determinada. Dependiendo de cómo fluyan las energías en una habitación se desprenderá de ella una sensación (positiva o negativa) que afectará al espacio y a las personas que lo habitan. Para que el dormitorio nos proporcione descanso y estabilidad emocional es necesario realizar un análisis profundo tanto de nuestra esencia como de nuestra casa. Sin embargo en este artículo vamos a centrarnos en la relación que se establece entre su forma y elemento al que que pertenecen.
Forma cuadrada
Representa la estabilidad del centro de la tierra. Los cabeceros de forma cuadrada nos transmiten quietud. Al corresponderse con la energía de la tierra, contribuye a que nos asentemos y obtengamos serenidad.
Las formas cuadradas, las líneas horizontales o las superficies planas mesuradas te proporcionarán estabilidad en épocas de cambio. También ayudarán a que la relación con tu pareja sea armoniosa. En cuanto a lo que afecta a las finanzas o a la profesión aporta estabilidad.
Forma rectangular
Se corresponde con elemento Madera. Su energía proporciona movimientos calmos y acogedores. Un poco de madera nos aporta calidez. También contribuye que adquieras más seguridad y confianza como ser humano. La madera es recomendable cuando se inician nuevos proyectos.
Formas triangulares o cónicas
Se corresponden con el elemento Fuego. Este tipo de cabeceras no son recomendables, ya que pueden generar conflictos en la pareja. El fuego en exceso aumenta la sensación de estrés, de irascibilidad e inestabilidad.
Formas ondulantes
Las formas ondulantes están relacionadas con el metal. Esta energía representa la elegancia. El metal hace que nos ayude a fijar nuestra atención en algo. Demasiado metal nos puede volver excesivamente fríos, por eso no se recomiendan los cabeceros de hierro.
Formas redondeadas
Estas formas se corresponden con el elemento agua. La energía que se desprende de ella proporciona profundidad, introspección, sensibilidad, ya que es la misma que transmite el universo. Demasiada agua puede generar cierta inestabilidad.
Abusar de las formas ondulantes puede provocar la sensación de que todo se nos escapa de las manos o que no podemos controlar nuestra propia vida. Esta forma suele ser recomendada a las personas que se dedican a las artes.
Según el Feng Shui a todos y a cada uno de nosotros nos representa un elemento, por eso debemos aprovechar nuestra propia energía y lograr el equilibrio y la armonía que nos hace fluir.
Nuestra esencia no es casual, somos parte de la naturaleza. Somos una minúscula parte del Todo, el Universo.